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ACULTURADOS

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En 1902 el gobierno de los Estados Unidos anunció la apertura de 25 escuelas residenciales para niñas y niños indígenas repartidas en 15 estados. Estos centros seguían el modelo de la Indian Industrial School, que había sido inaugurada en Carlisle (Pennsylvania) dos décadas antes. Se trataba de escuelas de inmersión lingüística y cultural, cuyo objetivo principal era occidentalizar a los jóvenes indígenas y favorecer su integración al modelo exportado desde Europa, que finalmente se había impuesto tras cruentas guerras entre los colonos y las tribus indias. Una de las particularidades de estas escuelas era su ubicación fuera de las reservas indias, lo que permitía mantener a los estudiantes alejados de sus ambientes familiares y acelerar el olvido de sus usos y costumbres tradicionales.

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Durante su estancia en estas escuelas las niñas y niños vivían un violento proceso de aculturación. Nada más llegar les cambiaba sus nombres por otros cristianos, les despojaban de sus vestimentas tribales, les cortaba (en el caso de los niños) o les recogían los cabellos y eran bautizados. Desde el principio se dirigían a ellos en inglés, idioma que desconocían, lo que daba lugar a malentendidos que eran interpretados como actos de desobediencia, por lo que eran severamente castigados. Además del inglés, estudiaban matemáticas, historia, música y dibujo, y se les formaba para realizar tareas del hogar, construcción, manufactura, agricultura y ganadería. Como parte de su formación aprendían la doctrina cristiana y participaban en los servicios de la iglesia. Junto a esta educación en nuevos saberes, nuevas formas de vida y nuevas creencias, en estas escuelas también se transmitía a estos jóvenes el desprecio por las culturas de sus ancestros. No se concebía la posibilidad de mantener ambas culturas, la indígena y la occidental, siendo instados a renunciar la que era considerada como inferior (poco civilizada o incluso salvaje).

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Esta aculturación permitió que miles de indígenas pudieran comunicarse mejor con la población blanca y desenvolverse frente a la administración pública. Sin embargo, este beneficio conllevó un enorme perjuicio: sufrir el desarraigo y perder sus identidades personales y familiares.

Fuentes:

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Imagen

Niñas y niños indígenas de la Escuela de Carlisle, 1892. Cumberland County Historical Society Photo Archives.

Disponible aquí

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Lecturas

- Adams, D.W. (1995). Education for Extinction: American Indian and the Boardind School Experience, 1875-1928. Lawrence: University Press of Kansas.

- Radesly, C. (2014). The Gender of Assimilation: The Carlisle Indian Industrial School Experiment. Pennsylvania Heritage.

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